El matrimonio puede ser celebrado en Bélgica por el funcionario del Registro Civil del lugar de residencia de uno de los futuros cónyuges, en cuanto los futuros cónyuges hayan residido en Bélgica durante más de tres meses. Esta residencia de más de tres meses puede probarse por todos los medios posibles, siendo el más sencillo la declaración de llegada.
Los extranjeros deben cumplir las condiciones matrimoniales del país de su nacionalidad, y Bélgica añade a estas condiciones las denominadas de "orden público", como el consentimiento de ambos cónyuges, la ausencia de determinados vínculos familiares y la prohibición de la bigamia.
Cabe señalar que, desde junio de 2003, en Bélgica está permitido el matrimonio entre dos personas del mismo sexo, independientemente de su nacionalidad.